El Orden Toscano es uno de los cinco órdenes que componían la arquitectura clásica: dórico, jónico, toscano, corintio y compuesto, siendo una aportación etrusca.
Se trata de una simplificación del orden dórico y fue ampliamente utilizado en Etruria, Italia, en las épocas anteriores a la conquista de Grecia.
Los romanos le adoptaron y los arquitectos del renacimiento lo hicieron muy habitual desde el siglo XV, denominado el “Siglo de las innovaciones”.
Características del Orden Toscano
La columna toscana presenta cuatro características que la hacen única, frente al resto de los órdenes clásicos:
- El entablamento, que se compone de tres elementos: arquitrabe, friso y cornisa.
- Capitel, con cinco piezas lisas: ábaco, listel, equino, collarino y baquetón.
- La columna apoyada sobre una base, a diferencia de la dórica que se apoya sobre un podio.
- Fuste de sección circular, con diámetro que va aumentando hasta notarse un abombamiento hacia el extremo superior.
Breve historia y usos del Orden Toscano
A lo largo de la historia, una de las principales característica del Orden Toscano ha sido la simplicidad de sus formas. Este orden tuvo su nacimiento en el imperio romano, en un territorio conocido como la tierra de los etruscos, los cuales ocupaban las tierras a la orilla el río Po.
Los mismos, fueron bautizados como toscanos. Entonces, este orden clásico es una aportación directa de este pueblo a los órdenes arquitectónicos antiguos y es por esa razón que se le define como uno nuevo, muy a pesar de que comparte características con el orden dórico, que es un tanto más elaborado.
Este nuevo orden, que nació en los principios del imperio romano. Es un producto derivado del dórico que tuvo su origen en Grecia y que luego fue utilizado en Etruria ante recibir la conquista.
Durante la época del renacimiento, los artistas conocían a mayor profundidad el arte romano que el griego y eso produjo que fuera el Orden Toscano el que se difundiera con mayor fuerza desde el siglo XV, ya que el dórico era prácticamente desconocido.
El arte toscano en Europa
El arte toscano fue muy común en Europa. En Sevilla y otras localidades de España fue bastante utilizado para la construcción de edificios de tipo religioso y civil. Esto se debe a que su simplicidad le otorgaba seriedad a las edificaciones y las hacía mucho más sobrias.
Se trata de un tipo de columnas que carece totalmente de ornamentos y que únicamente admiten el uso de molduras. Sus bases lisas imprimen belleza y su capitel sin ornamentos les hizo muy populares.
La falta de ornamento se debía a que eran utilizadas por personas de poco rango social, es decir, la plebe. Su uso iba entonces, asociado a la sencillez y la elegancia, más que a la ostentación característica de otros estilos arquitectónicos.
El coliseo romano, el panteón de Agripa y El Escorial, son joyas del arte toscano que incluyen estas órdenes en su composición. Así mismo, muchas basílicas españolas utilizaron columnas toscanas, sin color y sin ornamentos para exaltar otras características del diseño.
Lo que se admiraba entonces, era el concepto de pureza en las líneas arquitectónicas, la simetría y la sencillez, por encima de lo decorativo. En general, el toscano se utilizó para opacar a la gloria del barroco y rococó, caracterizados por los excesos.