Otro de los recursos artísticos de la antigüedad que sigue siendo de gran importancia en la actualidad es la curva praxiteliana.
La Antigua Grecia es conocida por su legado cultural y por el valor apreciativo que mostraban frente al arte. Las obras que se llevaron a cabo durante este período histórico son las que hoy en día se toman como referencia.
Por esta razón concentraron estudios en el conocimiento en la anatomía humana, para poder detallar cada detalle del cuerpo de las personas y representarlos de la forma más precisa posible.
La curva praxiteliana es una de las poses características del arte que se usaron de forma común en las expresiones artísticas, principalmente en la escultura.
Origen de la curva praxiteliana
Praxíteles fue un renombrado escultor griego nacido en Atenas, cuyas ideas acerca del arte eran energéticas. Un artista que siempre estaba en la búsqueda de mejorar sus creaciones.
Así es como mediante la exploración de las poses corporales logró una en particular que llamó su atención.
Mientras realizaba una representación de Apolo quiso que su cuerpo expresara interés, curiosidad, dinamismo e intriga a la vez, algo que logró mientras observaba una lagartija en el tronco de un árbol.
Se dice que para el Apolo Sauróctono, al principio Praxíteles quería hacer un contrapposto, otra pose reconocida del arte griego; pero con su exploración consiguió que el cuerpo distribuyera el peso de una manera más marcada, que tuviese más curvas en su posición y que terminase teniendo una silueta similar a una S, envolvente pero sutil, dando así lugar a la curva praxiteliana.
¿En qué consiste una curva praxiteliana?
Ya que tiene sus bases en el contrapposto, se puede decir que la curva praxiteliana es una evolución del mismo; podría ser un movimiento consiguiente al que plasma el contrapposto.
La curva praxiteliana es una pose natural relajada que se logra cuando el peso del cuerpo del personaje se sostiene en una sola pierna mientras que la otra sirve como un elemento de balance, pero no en un estado de reposo, sino que parece estar en movimiento para seguir dando pasos y traspasar el peso a esa pierna.
Este cambio de pesos da lugar a una serie de desplazamientos en el cuerpo que dan una imagen natural y dinámica; entre estos se tiene en cuenta el movimiento del eje de la cadera, el vaivén de los hombros y el movimiento de los brazos y de las articulaciones, cada uno actuando de manera independiente gracias al cambio de peso en las piernas.
Para crear la figura envolvente de la reconocida curva se tiene que hacer una especie de historia que las poses del cuerpo humano sean capaces de contar, un recorrido que se pueda leer siguiendo el movimiento corporal esculpido, de una manera fluida y sin ningún tipo de interrupción.
Ejemplos escultóricos de la curva praxiteliana
Aunque sea una pose que evoque los movimientos naturales, en las esculturas se suele complementar con elementos de soporte, como hizo Praxíteles en su Apolo Sauróctono, y como también se hizo en las siguientes obras.
Venus de Cnido
Esta obra, también conocida como Afrodita de Cnido, representa a Venus siendo sorprendida cuando sale de tomar un baño mientras cubre sus partes íntimas de los espectadores.
Esto le hace resaltar, pues es un recurso artístico que rompe la cuarta pared, incluye a los espectadores en lugar de solo dar la imagen de ella sin nadie alrededor.
La curva de Praxíteles es muy sutil; hay un zigzag suave que va desde sus pies, piernas, cadera y brazos, y el elemento de soporte sería su ánfora a su lado con sus prendas encima.
Eros tensando el arco
Esta escultura muestra a Eros mientras apoya sus piernas sobre un tronco en el que deja su carcaj de flechas mientras se enfoca en tensar su arco para asegurarse de que sus disparos sean eficaces y viajen rápido.
La curva aquí es más pronunciada que en la obra anterior, en especial porque la parte inferior del cuerpo de Eros parece ir hacia un lado mientras que su parte superior apunta al lado contrario.